El mundo de la calefacción está en constante evolución. Las nuevas tecnologías y los materiales de aislamiento cada vez mejores hacen que calentar un hogar ya no sea comparable a, digamos, hace 10 años.
Las viviendas modernas están tan bien aisladas que la estructura del edificio prácticamente no requiere capacidad térmica para mantener una temperatura agradable. En una vivienda de obra nueva de 150 m², una capacidad térmica de 1,5 a 1,8 kW suele ser suficiente.
Una vez que la casa esté caliente, la calefacción apenas necesitará proporcionar calor adicional. Esto plantea la pregunta de si aún es necesario instalar una costosa bomba de calor para generar esta baja potencia. Al fin y al cabo, el coste de calentar una vivienda no solo proviene de la potencia requerida, sino también de la adquisición y el mantenimiento de la fuente de calor.
La forma ideal de calcular el coste real de la calefacción es considerar el coste total de propiedad (TCO) de esta fuente a lo largo de 25 años. Al calcular el TCO de una bomba de calor diseñada para calentar una vivienda de nueva construcción con un valor E-30 o inferior, casi siempre obtenemos un coste mayor que el de calentar la misma vivienda con un calefactor infrarrojo de alta calidad.
El consumo energético de una bomba de calor es, sin duda, menor que el de la calefacción por infrarrojos, pero su precio de adquisición es considerablemente mayor. Además, una bomba de calor está sujeta a desgaste y requiere mantenimiento anual.
La vida útil del compresor es de un máximo de 15 años, tras los cuales es necesario sustituir la sección del compresor. La vida útil de un calentador infrarrojo de alta calidad es de entre 25 y 30 años. Además, un calentador infrarrojo no requiere mantenimiento anual, ya que no tiene piezas móviles susceptibles de desgaste.
En una vivienda bien aislada, es casi imposible recuperar la inversión de una bomba de calor en comparación con un panel infrarrojo. Una vez que la vivienda está equipada con los paneles solares necesarios, el resultado es inmediato. Esto reduce el coste total de propiedad (TCO) de la calefacción por infrarrojos tan por debajo del de una bomba de calor que suele alcanzarse entre el doble y el 2,5.
Es importante optar por paneles infrarrojos de alta calidad y larga vida útil. Lo mejor es consultar con un profesional en este campo.